¡eso no fue chiste!

Hoy en la mañana me encontraba con mis amigos tratando de estudiar para el un examen que pensé sería muy difícil, y digo “tratando” porque nos estábamos en el teatro al aire libre, lugar donde al menos para mí, es imposible concentrarse ya que hay todo tipo de distracciones: desde un área rodeada de pasto y árboles grandes, hasta personas que entran o salen del campus y algunas otras que se ponen a jugar squash… en fin, muchas más cosas amenas que un simple salón de clases…

Lo malo era que ni si quiera estábamos estudiando bien, bueno solo Pagua , como siempre, pero Raúl y yo empezamos a platicar de puras atrocidades cotidianas. De pronto y no sé por qué, empezamos a “analizar” el libro Respira de Anne-Sophie Brasame, una francesa prodigio que escribió ésta, su primer novela, a los 16 años. De manera personal, me parece que tiene una deleitable redacción que te lleva a seguir leyendo hasta el final del libro… pero bueno ese no es el punto.

Según esto, estábamos los dos “analizándolo” y como Pagua (yo creo que se aburrió de estudiar) se unió a la plática, los tres muy entretenidos, comentábamos aspectos importantes del libro… Yo, muy inspirada, empecé a decir lo que me había parecido el libro y que la muerte no soluciona ningún problema… en verdad estaba entusiasmada con esa conversación. Hasta que ellos se empezaron a reír de la mayoría de cosas que decía.

Parecía que estaba contando chistes o algo así, siendo que expresaba seriamente mi sentir con respecto al libro… ¡Qué demonios! Por un momento me sentí basura humana… cómo es posible que se burlen de mis pensamientos. ¡Osh! siempre me toca a mí, bueno no, la mayoría de veces le toca a Raúl y Pagua es como la intocable jaja… pero ya le tocará a ella…

Después de un rato, aproximadamente diez minutos, se me bajó el sentimentalismo y hasta yo misma me reí de lo que había dicho.