Por eso yo creo en el niño dios

De chiquita yo nunca creí en los reyes magos, siempre le fui fiel al Niño Dios porque me cumplía todos mis caprichos, y cuando no, me traía un regalo voluminoso para que me entretuviera un rato y se me olvidara lo que originalmente le había pedido.

Entonces, como toda mi familia siempre le fue bien fiel al niño dios, la rosca de reyes nos pasaba desapercibida. O bueno no, mi mamá sí la compraba pero días después, ya que las habían rebajado en las panaderías porque no se les habían vendido.

Pero por alguna extraña razón, una tía mía rompió la tradición y nos invitó cenar rosca de reyes a su casa. Y ya en plena cena, el momento más esperado llegó: ¿a quién le tocaría el muñequito? Ahí estábamos todos bien atentos a ver quién era el alma caritativa que nos daría de cenar el 2 de febrero…

Les debo la foto familiar

Pero a la mera hora resultó que la rosca no traía ni un méndigo muñequito. ¡Así qué chiste! Entonces todos nos quedamos indignados y sin tamales… todo gracias al desgraciado panadero que se le olvidó ponerle muñequitos a la rosca.

@ panadero: ¿en qué estaba pensando? ¡osh!
@ reyes: y si son tan magos, ¿por qué rayos no intervinieron?

Ésta era mi primera rosca de reyes como dios manda y me salen con esas jaladas… ¡Ay no! Esos panaderos/Reyes magos no tienen vergüenza ¡Por eso es mejor creer en el niñito dios! Él no hace ese tipo de jugadas…
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