lunes, 29 de marzo de 2010

No es casualidad que las pizzas lleguen tarde

Señoras y señores, damas y caballeros, niñas y niños: sepan todos (o al menos los que me leen) que no es casualidad que las pizzas lleguen tarde a su casa...

No es porque los que las hacen sean lentos...
Ni es porque el repartidor sea tonto y no ubique su dirección...
Y mucho menos porque es buena onda y quiere que nos salgan gratis...

Simplemente es porque, antes de entregar el pedido, pasan a echarse unos tamalitos, miren nada más:

OMFG!

No los justifico pero los comprendo: esos tamales son los más deliciosos de la región y están mil veces más buenos que las refrige-pizzas que reparten...

¡Ay, esos repartidores tan antojadizos!

domingo, 28 de marzo de 2010

La apariencia física y las modas

Entró a la tienda, vio el short que tanto había deseado, lo pidió y pasó al probador. Pero al final resultó que no le quedó... ¿frustrante, no? Pues así pasa muchas veces. No siempre es culpa de la tienda que no tiene las tallas suficientes o de las maquiladoras que hacen chica la ropa. No. Es culpa de los estereotipos que se han creado, de las nuevas modas y de nosotros, por seguirlas.

Como es de todos sabido, los estereotipos relacionados con la apariencia física van cambiando. No es el mismo aspecto que tenían los hombres hace 300 años al de hoy. Aunque claro, a veces hasta en la misma época hay variaciones entre las personas: que unos son muy delgados, o robustos o medio llenitos. Sin embargo y apesar de los contrastes, siempre habrá una idealización, un modelo a seguir.

Por ejemplo, hace más de 2,000 años*1, los griegos tenían un aspecto físico peculiar: eran hombres muy fuertes y fácilmente se les notaba el músculo (pero tampoco eran tan grotescos como los fisicoculturistas). Mientras que a las mujeres no se les marcaba el músculo y tenían un poco más grasa corporal (pero tampoco eran obesas):
Estaba padre porque eran sanos, fuertes y su vestimenta era holgada
pero no descuidada. En pocas palabras, estaban a gusto y en un punto medio


Cambiando de contexto, durante el Virreinato (S. XVI), el estándar de la apariencia de las personas fue muy diferente. En esta época, el modelo a seguir embarneció, tanto para los hombres como para las mujeres. Obviamente, la forma de vestir se adecuó a sus necesidades y la ropa era elegante pero amplia:

¿será que aplicaron la de “barriga llena, corazón contento”?


Fue en el siglo XX, con el Pop-Art, que el aspecto físico de las personas tuvo un cambió muy notable, comparado con épocas anteriores. En este periodo la figura femenina, con Marilyn Monroe como su principal representante, se ve mucho más estilizada pero sin llegar a una delgadez extrema: era más importante ser “sensual” a ser delgada. Mientras que los hombres ya no eran obesos, pero sí eran fuertes y varoniles.
De aquí surge la famosísima "curva de la felicidad"


Ahora la moda, siendo cada vez más estilizada, ha convertido la apariencia en algo completamente utópico y hasta peligroso para la salud. Si bien no toda la gente está como la moda lo dicta, ahora el estereotipo está ligado a una delgadez extrema principalmente para las mujeres; mientras que los hombres deben ser delgados (aunque no tanto como las mujeres) y musculosos a la vez.

Esta tendecia es muy superflua y sólo se basa en estar cada vez más delgado. Tanto así que se han creado nuevas tallas la cero y doble cero; también hay modelos que están por debajo de los 40 kilos; y lo peor es que hay mucha gente luchando por parecerse a ellas.
No es sano que una persona tenga un índice de masa corporal
de 16.3 siendo que lo normal es de 20 a 25.



Modas hay muchas, pero identidad sólo una. Las personas deben revalorizarse y tener en cuenta que antes de formar parte de alguna tendencia, deben ver por su salud y por ellos mismos. Es cierto que vestirse y verse de cierta manera causa placer, pero hay que saber hasta donde se puede llegar sin dañar la salud y el bienestar integral de las personas.

Los estereotipos de la apariencia física actual son vanales. La apariencia física es momentánea: tarde o temprano vamos a envejecer y no hay mejor forma de hacerlo que de manera saludable, estando bien con nosotros mismos, no con una imagen que se deteriora.



*1: 1100 a. C. -146 a. C

lunes, 1 de marzo de 2010

5 minutos

Ojalá tuviera 5 minutos de lucidez intelectual para hacer algunos textos que fueran recordados en todos los tiempos. Líneas que, lejos de ganar dinero por ellas, me ubicarán en la élite cultural al lado de los grandes como Joyce y Borges.

Ojalá tuviera 5 minutos de gracia para que mi mente escupiera genialidades. Sí, así como los grandes deportistas que, aunque no han leído mucho, de pronto sacan cada frase que hasta dan ganas de ponerse de pie.

Ojalá tuviera 5 minutos de madurez para darme cuenta de que cumplir 18 no nada más sirve para tener la IFE y para ser alcohólico legal. Quisera tantita madurez para elegir en qué me quiero convertir...


Pero al mismo tiempo, desería que pocos (o nadie) tuvieran esos 5 minutos de habilidad mental porque si cualquiera pudiera hacerlo, el mundo estaría atascado de intelectuales y ya nada sabría bien...