El nacionalismo me pone de buenas

Hace ya mucho tiempo, salió un concurso en Internet donde cualquier persona podía votar para escoger cuál era la bandera más bella (por su significado, colores, símbolos y cosas así)

Esta votación se hizo famosa porque toda la gente de todo el mundo tenía la ilusión de que ganara la bandera de su país. Entonces corrían a la página, votaban y pasaban la voz… Casi, casi fue taaaan famoso como las nuevas 7 maravillas del mundo… (¡ja! claro que no)

Pero bueno, el punto es que la bandera ganadora resultó ser la mexicana y entonces todos andábamos muy mexicanos… así como cuando la selección de fútbol gana un partidillo insignificante, cuando es 15 de septiembre o cuando un boxeador mexicano le gana a uno extranjero por knock-out (éste último sí es símbolo de felicidad justificada, el primero no).

Ese tipo es un dios en el rin

Pero retomando lo de la bandera, hoy en mi escuela hicieron honores a la bandera excluyendo a los alumnos buena onda… ¡Sólo invitaron a los policías, maestros, secretarias ineptas y directores! ¿Y nosotros los alumnos qué? ¿A caso quieren que se nos olvide el himno? ¡Osh!

Lo bueno es que el enojo se me quitó rapidísimo porque izaron la bandera y se veía bien acá… ¡ah! El nacionalismo me pone de buenas –en ocasiones, nada más-